Ghost in the Shell para ‘dummies’

Fui a ver Ghost in the Shell hace meses. Salí rugiendo del cine. Otra vez, me habían vuelto a engañar. Otra vez me había dejado llevar por las promesas de ese pequeño spot al que llamamos trailer. Mi indignación era tal que decidí dejar enfriar mi crítica, primero en la ventana, luego directamente en el congelador. Hoy la recupero con frialdad absoluta para evitar ser injusta con la película. Visto lo que se estrena en salas últimamente, he de decir que mi cabreo como fan, aunque razonable, rozaba la injusticia. En parte porque conocía el anime y en parte porque me gustan aquellas películas que provocan o invitan a la reflexión. No entandáis por ello que me gusta el cine espeso. Eso de ponerse peñazo para parecer profundos es muy de posmoderno. Hay películas que invitan a la reflexión sin dejar de ser trepidantes, desternillantes o emotivas.

Volviendo a Ghost in the Shell, tanto el manga como el anime en los que se basa la cinta de Sanders transmiten historias que trascienden su marco cyberpunk para filosofar junto al espectador sobre el futuro de una humanidad altamente tecnológica. La película estrenada el pasado marzo cambia los papeles y otorga protagonismo al cyberpunk, la robótica, la acción y el thriller en detrimento de la reflexión filosófica. El resultado es un potente producto de taquillazo.

A la izquierda el personaje principal del anime, a la derecha Scarlett encarnándolo en la película.

 

 

 

Imágenes espectaculares en escenarios distópicos inundan la pantalla con una fotografía enfermizamente fiel al anime original. Una reinterpretación de la banda sonora que todos asociamos con Ghost in the Shell termina de meternos en el ambiente y nos funde con una acción trepidante llena de detalles, exquisitos vestuarios y cuidadas coreografías. Pero algo resbala en el fondo. Inmersos en la película nos damos cuenta de que no tiene sustento, no tiene base. La reflexión inquietante, la duda existencial que provocaba la historia original ha dado paso a un argumento insulso y casi pueril que intenta arropar al espectador para que se sienta a gusto en su piel y con su especie.

Cabe destacar el casting de la película, que resulta en un elenco de personajes muy fiel al anime de 1995, salvo evidentes diferencias como Boma y Togusa . Entre los actores del film, sobresale el papel de la actriz Scarlett Johansson. Gracias a su interpretación de «la Mayor», soportamos un poco mejor la falta de sustancia general en la película. En resumen, una historia tan tamizada para las grandes salas que se ha quedado vacía. Eso sí, la acompaña una buena cobertura gracias a la fotografía, la interpretación, la banda sonora y los efectos especiales junto a los vestuarios y la escenografía.

Deja un comentario